Otra de esas bandas por las que sentimos verdadera devoción. Pioneros también de la NWOBHM, vivieron su meteórico ascenso durante toda la década de los años 80 para desaparecer sin dejar rastro. Pero el fuego de los dioses insufló de nuevo vida al tigre y los albores del siglo XXI celebraron la llegada de una nueva formación bajo el mando del guitarrista Rob Weir, que ha venido desatando todo su instinto animal hasta llegar a su aclamado álbum homónimo, “Tygers Of Pang Tang” (2016), una cautivadora colección de canciones repletas de riffs pegadizos y verdaderos himnos que prometen hacernos vibrar frente a los escenarios de Rock Imperium Festival.